Soledades y encuentros
¿Cómo podré describir este encuentro?
Anhelo que el Señor me otorgue las palabras justas y precisas.
Vida, enseñanza y experiencia no nos debería faltar para crear una y otra vez, como círculos concéntricos, momentos mágicos difíciles de encontrar en un mundo tan gris y miserable. Uso este último término como una bocanada de fuego que borra de mi mente la incertidumbre que alguna vez me invadió como a tantos docentes que trabajan por vocación y sensibilidad ante el atropello de la deserción escolar que ocurre en latinoamérica.
¿No es momento ya de pensar en una nueva alfabetización?, ¿Por qué los niños aprenden en un ambiente de encierro en pleno siglo XXI?, ¿Qué argumentos sostienen la escuela tradicional?
No existen respuestas certeras, solamente el factor humano es la entidad que conforma un objeto tan precioso o tan vil como lo es la educación del hombre.
Dejo otra pregunta: la era digital, ¿permite otro tipo de humanización y enseñanza?
La metáfora de la bisagra es muy dura, sostener el peso y el paso entre un paradigma y otro, provoca una entrega impensable para el ser y el hacer docente.
¡Mi agradecimiento a las docentes en este encuentro transoceánico!